domingo, 27 de noviembre de 2011
Capítulo 33: Re-ordenando el corazón
Ahí estaban, entre los árboles del bosque, aquellos dos desconocidos besándose, y entre caricias y suspiros, reconociéndose.
No había culpa ni morbo en sus caricias, era solamente disfrutar de lo que el otro entregaba. No habían ojos para apreciar las expresiones del compañero ni para admirar el cuerpo de éste.
Como si una mutua promesa nunca acordada los detuviera, no llegaron más allá de lo que su mudo acuerdo permitía y se besaron con pasión limitada.
¿Qué pasaba por sus mentes cuando sus ojos no podían ver? Por la de ella solo pasaba un nombre, uno pequeño y cargado de sentimientos, Tom; por la mente de Bill se cruzaban montones de imágenes y se debatían miles de sentimientos, aunque de vez en cuando perdía el hilo de todo, intentando concentrarse para no sobrepasar el límite, y acababa perdido en el primer muelle en donde había dejado de sus pensamientos.
Él no recordaba el preciso instante en que había dejado de lado la lealtad hacia su gemelo para caer en el amor de aquella chica que no le pertenecía.
Quizás en aquella primer instancia, en el hotel, cuando entró a la pieza de su hermano y se molestó porque una chica tan tierna e inocente como ella, había caído en las redes de su hermano. Tal vez si no la hubiese seguido esa misma noche en el hotel, ascensores arriba, mientras ella escapaba del lío en que Tom la había metido.
Lo más probable es que si hubiese evitado todas esas situaciones de todos modos hubiese llegado a ella porque así debía ser solamente, no dependía de ellos.
-Te amo- susurró, en un momento indeterminado de la noche, Bill- y no sabes cuanto daría porque fuese igual... pero sé que no se puede- agregó riendo con melancolía- y que en verdad esta será la última noche... pero espero que, a pesar de todo, nunca olvides todo esto que ha pasado.
La voz de aquel joven la sobresaltó. Estaba tan perdida en sus cavilaciones que, aunque aquella voz era arrulladora, la dejó congelada unos segundos. Él estaba equivocado.
-Nunca podría olvidar esto- agregó ella con el alma adolorida por causar tanto mal- Te mereces el amor de alguien muy bueno, Bill, y esa no soy yo. Espero que sepas abrir los ojos a tu alrededor, tienes un montón de chicas a tus pies y no es necesario mirar tan lejos para encontrar una que te ame de verdad.
Pero para Bill aquellas palabras no tenían significado, cada vez que él miraba a su alrededor la veía a ella. En los rasgos de otras solo podía ver la belleza de esa chica que lo había hecho olvidar todos sus principios, aquella que lo había hecho perder la seguridad de todo lo que hacía, que había cambiado definitivamente el rumbo de su vida. ¿Cómo olvidar un amor teniendo que convivir con éste siempre?
-Te amo, te amo- repetía él en su mente mientras sus ojos se iban anegando de lágrimas tras esa venda, algo que ella nunca vería. Le era difícil dejarla ir y más aún sabiendo que esa sería la última noche.
Ella sintió el calor naciente de su rostro y la humedad de sus ojos pero no hizo comentario, solo se acunó en los brazos de su amante intentando ignorar los propios sollozos que salían de su pecho.
No había camino para aquella extraña relación, la vida la había dejado de lado y no había espacio en el libro de amores para ellos. Simplemente no estaban destinados.
-Gracias por todo- dijo ella en un suspiro de despedida, intentando soltarse del abrazo pero él no se lo permitió.
Las lágrimas aún anidaban en su rostro y su alma, y solo una persona podía calmarlas, esa que se iba.
-No te vayas aún- rogó con la voz quebrada- es la última vez, solo quédate un poco...
Ella se recostó sobre el cuerpo de él y posó su rostro en el pecho de su amigo para seguir el ritmo de su corazón. No estaría tranquila hasta oírlo latir con tranquilidad de nuevo.
Apenas lo oyó respirar normalmente, se puso de pie y comenzó a dar marcha mientras se sacaba la venda. No miraría hacia atrás porque era de alma frágil y no podría resistir al impulso de volver a consolarlo.
-Yo también te amo Bill, pero esto no debe ser- dijo estas palabras ya lejos de él, en nada ayudaría que se las dijera en persona.
No se podía no amar a una persona tan cariñosa, tan pasional y tan hermosa... pero el corazón manda y la mente enmudece cuando de cariño trata.
(Tu nombre) corrió a su casa con las primeras luces del alba. El rostro que reflejaba la ventaba más próxima que encontró, se veía demacrado. No era ella.
Entró con apuro y corrió a su habitación. Nadie debía verla en ese estado. Había hecho un pacto con ella misma e intentaría cumplirlo, intentaría olvidar sus sentimientos y pensar solo en los de su novio.
La fiesta ya acababa cuando la noche dejó de ser noche y comenzó a dar paso al día que nacía.
Las luces de la vida iluminaron el rostro de aquél que dormía en el bosque y se sintió nuevo. Ya había llorado en la oscuridad todo cuanto su corazón exigía y no podía mostrar al mundo esa parte de él.
Ese día comenzaba con nuevos sentimientos de parte de ambos. Se amaban y eso nadie lo podría negar, pero esperaban que el tiempo y los nuevos amores fuesen borrando cada beso marcado en sus cuerpos, cada suspiro con un nombre fuese reemplazado por el de la persona correcta y cada caricia reconociera el cuerpo que en verdad les pertenecía.
-Te amo- dijeron ambos, pero eso en nada cambiaba el rumbo de sus vidas.
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Narra (tu nombre)
Dormí un par de horas, intentando reponerme de todo. No habían ya más lágrimas en mi corazón cuando por fin alcancé el sueño que se me escapaba y solo me dejé llevar por el mundo de la inconsciencia.
Papá seguramente estaba en su habitación desde hacía horas y aún no lo había visto... con todo lo sucedido en la fiesta había olvidado a mi familia completamente.
-Hola- saludé luego de haberme arreglado para bajar- ¡Al fin de veo papá!- corrí a sus brazos a buscar protección, esa protección tan anhelada y reconfortante que me había acompañado desde pequeña.
-¡Has llegado! Pero te perdiste la fiesta...- comentó algo confundido.
-No, si estuve, pero más tarde... es que tuve un montón de problemas que...- sería mejor no tocar el tema con papá- no tienen importancia.
-Ok... Querida... tengo que ir a trabajar pero Simone necesita mucha ayuda hoy así que ahí vas, ¿bueno?- preguntó algo nervioso por tener que dejarme sola.
Asentí con rapidez y lo vi desaparecer tras la puerta. Sería hora de enfrentar todo.
Me arreglé un poco más y salí de casa con los nervios a flor de piel para enfrentarme a mi novio ¿Cómo explicarle que no llegué anoche?
-Has vuelto- la persona que me abrió la puerta no era en verdad quien yo esperaba- Lamento haberme dormido anoche, hermosa, es que me tomé una pastilla y bueno...
-No importa Tom- dije sonriendo con algo más de tranquilidad- de todos modos me fui a dormir pronto...
El resto de la familia aún no despertaba así que Tom me invitó a salir sin mencionar donde, muy típico de él.
Nos montamos en su auto y a los pocos minutos ya estábamos en la carretera principal a varios kilómetros por hora.
-¿Ahora me dirás a dónde vamos?- pregunté por milésima vez, ya más por molestar a mi novio que por verdadera curiosidad.
-A otra ciudad- soltó ante mi asombro, no esperaba respuesta.
-¿Otra... ciudad? Pero si me debo ir en dos días... no me vas a mantener alejada de...
-Calla niña- dijo risueño.
Los asientos me parecieron más cómodos de lo común y al poco rato ya estaba casi dormida.
Cuando desperté nos encontrábamos en el estacionamiento de algún lugar, más que algún lugar parecía una cabaña pero con el cerebro medio atontado por el sueño no podía pensar bien.
-¿Aquí que hacemos?- pregunté confundida cuando bajé del auto.
-Olvidamos el mundo- dijo él mientras posaba una mano en mi nuca y me atraía lentamente hacia su boca.
Comenzamos un círculo vicioso de besos y palabras de necesidad calladas durante tantos días, semanas... a su lado podía sentir el amor en plenitud y sin barreras.
-¿Pero como olvidar todos los problemas, la distancia...? Ayúdame a olvidar todo, Tom, ayúdame a... ayúdame a volar...- rogué en un espacio de respiración mientras Tom abría la cabaña, aún estábamos en el patio.
-Te diré las mentiras más convincentes... y por hoy, solo por hoy, no habrá mundo... ¿está bien?- El sonido de un"clic" al abrir la puerta acompañó mi afirmación.
Entré impulsada por el deseo de olvidar todo y callar el llamado de amor de otros lugares. Entré y nunca me arrepentiría de tan buena elección.
Si ese era el último día no me hubiese importado, si el mundo se hubiese caído a nuestros pies, poca importancia tendría. Estábamos juntos de nuevo, bajo ese techo... y solos, no habrían problemas.
Intenté olvidar hasta mi nombre y solo recordé las cosas que él soltaba entre susurros mientras volvíamos a ser uno.
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Hola :]
Creo que ya me acostumbré a subir una vez a la semana...y en verdad no puedo más seguido jaja siempre gasto mis fines de semana escribiendo... estrujando este cerebro con música y letras :]
¿Les gusta la música clásica? Bueno, con eso me inspiro para escribir... oyeran lo que yo oigo jaja c:
Espero les guste esto.. yo creo que ya las estaba hastiando con la indecisión y el juego de amores o no? Ay! No sé... nunca puedo adivinar que quieren... pero así se dan las historias...
Las Adoro chicas, gracias por todo...
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BUENÍSIMO!C: <3
ResponderEliminarPd: soy la persona que mas quieres, yo Pía >.<
Hay me encano *-* ajajajaja
ResponderEliminarque confucion ...
bueno al fin pude terminar de leer todos los capítulos esta buenísima tu fic me encanta*O*
ESPERO EL PROX. CAPITULO CON MUCHÍSIMAS ANSIAS!!!
pobre de bill...!!
ResponderEliminartom nunka pierde en tiempo...
si ya nos dimos cuentas que te acostumbraste a subir una vez por semana :P hhaahah
sube prontooo esta genial la fic :)