Me bajé los lentes rápidamente y seguí a Jean que ya había comenzado a correr. No tardamos más de un par de segundos en llegar a un nuevo lugar repleto de gente de toda raza y nacionalidad.
-Por ese lado están los boletos que buscas, quizás esté tu madre- indicó algo agitado.
-Gracias.
Comencé a caminar sin mirar hacia los lados pero podía sentir como me seguía mi acompañante. Mamá no se veía por ningún lado...
-Diablos, no la encuentro- solté molesta.
-¿Cómo es para ayudarte?
-Casi de mi estatura, solo un poco más alta y está con mi hermano pequeño...
Seguí mirando el lugar que me habían indicado pero no veía nada.
-¿No son los de allá?- comentó Jean luego de chasquear suavemente la lengua.
Seguí el rumbo de su mirada y pude ver a mamá descansando sentada en una banca con Stefano en sus brazos. De inmediato caminé hacia ellos.
-¿(Tu nombre)?- preguntó algo confundida al verme- al fin llegas hija... el vuelo más próximo acaba de salir... tendremos que esperar el siguiente, a la tarde.
-Lo siento- realmente deseaba salir de ese lugar pronto y no podría- pero debía escapar...
-Comprendo hija, no te preocupes- miró a mi hermano un poco preocupada- ¿vamos a comer ahora?
-Claro- sonreí. Comencé a mirar por el alrededor y noté que Jean seguía conmigo... lo había olvidado por completo.- Mamá, él es Jean, me ayudó a llegar aquí- lo presenté rápidamente.
-Hola- saludó el chico en inglés repitiendo el gesto de saludo que había tenido conmigo hace un rato atrás.
-Jean, ¿conoces un lugar cercano para comer?- mamá interrogó de inmediato.
-Si, yo las acompaño- respondió entre risas.
Nos tapamos o bueno, me tapé lo suficiente y salimos de ese lugar. Aún podía ver a los periodistas rondando por ahí, preguntando a la gente.
Fuimos a un sitio bastante lindo, para estar tan cerca de un aeropuerto, e invitamos a Jean a comer con nosotros, al fin y al cabo, él no había llevado.
-Así que se irán por tu hermanito- comentó luego de haber escuchado la historia- aunque ya se ve mejor...
-En eso tienes razón- acepté mirando a Stefano, se veía mucho más sano- pero bueno, espero que se mejore pronto y que acabe el otoño para volver a Alemania.
Seguimos hablando de cosas sin mucha importancia por un buen rato. Mamá se veía algo abstraída, creo que estaba meditando las cosas o que se yo.
-(tu nombre)- me llamó en cierto momento- ¿No son ustedes los de esa foto?
¿Que rayos tenía el mundo conmigo? Miré la pantalla de televisión que había en aquél lugar y lamentablemente volví a encontrarme con mi rostro. ¡Que problema!
-Ya me quiero ir de aquí- murmuré molesta.
-Pero te reconocerán en tu país o donde sea... si tienen tu foto ahora ya no podrás esconderte...
-A ti igual te tienen- sonreí pero aquella mueca no duró mucho... si Tom veía la foto...
-Me cortaré el pelo.
-¿Cómo?- alguien interrogó pero no puse atención a quién era... la verdad es que eso era un pensamiento, no lo iba a decir en voz alta.
-Que... creo que la mejor idea es cortarme el pelo para que así no puedan reconocerme tan fácilmente. Lo más probable es que en (tu país) igual nos esperen y ya no quiero más de eso...
-Puede que tengas razón... pero que no sea mucho, hija.
Acabamos de comer en ese lugar y Jean nos ayudó a buscar una peluquería. Aún faltaban 3 horas para el próximo vuelo.
Todos me miraban atentos mientras yo decidía que corte pedir... la verdad es que nunca me había hecho problema con la peluquería y esas cosas... al fin y al cabo el pelo vuelve a crecer...
Indiqué un corte que llegaba a la altura del pecho, con algunos mechones de pelo teñidos de color rojizo. Lo más seguro es que nadie notase este último detalle pero que más da, me había entusiasmado la idea de cambiar.
El peluquero tardó bastante pero realmente valió la pena... casi no yo podía reconocerme realmente.
-Has quedado hermosa (tu nombre).
-Tu madre tiene toda la razón- afirmó Jean sonriendo galantemente.
Agradecí sus comentarios bastante sonrojada y luego volvimos al aeropuerto. Ya quedaba poco para el próximo vuelo y no deseaba ver más de ese país por el momento.
¿Qué habrá pensado Tom de todas las fotos? Tenía que hablar con él para aclarar algo si se había mal interpretado pero no sabía el código de llamados desde Francia a Alemania y mamá ya no me dejaba ir a otro lugar.
-El avión saldrá pronto- repetía cada vez que intentaba alejarme.
Me escapé un par de minutos pero solo para comprar un dulce, necesitaba algo que me relajara.
La llamada de la azafata para el vuelo que me servía sonó con claridad por el alto parlante y corrí al lado de mamá para que no se quejara.
-Subamos de inmediato- ordenó nerviosa.
Me despedí rápidamente de Jean, no sin agradecerle antes por todo, y subí corriendo a la siga de mamá por las escaleras del avión.
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Narra Tom.
Odiaba los medios por eso. Siempre colaban fotos que uno no quisiera mostrar, o ver... Ahora estaba frente a la pantalla con un mar de confusión en la mente.
¿Qué diablos hacía (tu nombre) con un chico francés? No quería especular nada pero era inevitable no hacerse preguntas. Deseaba hablar con ella y que me aclarase todo pero... mierda, al parecer aún no se iba de Francia y no sabía como llamar allá. Con la confusión apenas podía pensar.
-Ya para de dar vueltas por la habitación hermano- Bill interrumpió mis cavilaciones- pareces un... león enjaulado- sonrió con malicia- más bien un gatito con miedo enjaulado.
-No seas idiota- reproché molesto- ¿has visto las noticias? ya no doy más de la impaciencia.
-Si vi pero... ¿no confías en ella acaso?
Si, si confiaba pero quería escuchar su propia versión de todo.
-Ya no te metas...
...................................................
Narra (tu nombre)
Al bajar del avión sentí nuevamente el aire de mi país, la primavera se hacía presente.
Mamá bajó sonriente las escaleras, emocionada, supuse, por volver al país que nos acompañó siempre. Realmente yo igual debería estar emocionada pero me lo impedía el solo hecho de no tenerlo a él conmigo... ¡estaba al otro lado del mundo!
-Vamos (tu nombre), sonríe que hemos vuelto a la patria... mira el lado positivo de todo- rogó mamá con esmero.
Ella no hacía nada de esto por voluntad propia, como tampoco yo, pero sin embargo intentaba animarme con su poder maternal.
Había un montón de periodistas por el lugar pero para mi suerte y asombro, nadie me descubrió. Eso era bueno, creo.
-Ahora que lo pienso- murmuré distraída- ni siquiera sé a donde vamos... ¿está cerca de nuestra antigua casa?
-Para nada- respondió sin darse vuelta a mirar, iba hablando con mi hermano- Has parar un taxi para que nos lleve.
Obedecí sus órdenes y no tardé mucho en hacer parar un vehículo. Venía semi-vacío.
-A los Departamentos del Oriente- indicó mamá sonriente, yo ni siquiera sabía donde estaba eso.
-¿Cómo?- el hombre se veía confundido.
-Mamá- murmuré- estás hablando en alemán...
-A los Departamentos del Oriente- repitió esta vez en español, sonrojada por su descuido.
El lugar en el cual viviríamos era bastante espacioso, para ser un departamento, y alejado totalmente de donde vivía antes.
Lo primero que hice al llegar fue llamar a mis antiguas amigas... pero para mi decepción ninguno de los teléfonos que tenía sirvió.
-¿No verás a Luci y Cami?
-No pude comunicarme con ellas...- dije derrotada-pero... ¡TOM!
Abrí mi notebook con rapidez y conecté el internet... para mi suerte estaba conectado el e-mail que habíamos creado para hablar este tiempo.
Antes de escribir mensaje alguno conecté las cámaras y pronto su rostro apareció por la pantalla.
-Te extraño- solté sin esperar a que sonriera.
-Yo igual hermosa- respondió sonriendo desde el otro lado de la pantalla- un momento... ¿Te has cortado el pelo?
-Si, debía hacerlo para que no me siguieran más los paparazzis... ¿Has visto todas las fotos que....
-Claro- su rostro se tensó un poco- ¿qué puedes decir de ellas?
-El chico es Jean, hijo de un oficinista del aeropuerto que me ayudó a encontrar a mamá porque...- le conté toda la historia sin dejar que comentara nada.
-Bueno, no importa, no me había molestado porque quería oír tu versión... y además... te ves hermosa...
Hablamos hasta tarde mientras mamá preparaba todo en casa. Stefano había llegado a reposar durmiendo.
Los días comenzaron a pasar, y las semanas también, con tanta lentitud y monotonía que en más de una ocasión desee salir corriendo de casa y comprar pasajes para volver a Alemania pero debía ser fuerte.
A menudo hablaba con los chicos o Simone por cámara, le habían enseñado para poder hablar en momentos que no estuviesen ellos (eso servía para enterarme de como iba la fiesta) y en otras ocasiones llamaban a papá y hablábamos todos juntos frente a la pantalla.
-Andreas ya se ha encargado de todo- indicó Simone en una conversación- la verdad es que ni siquiera sé que ha hecho... pero supongo que está bien.
-Me alegro- sonreí con nostalgia- desearía haber ayudado en algo...
-Pero, ¿vendrás, no?
-No lo sé... debo hablar con mamá y...
-De eso no te preocupes- me cortó- yo hablaré con ella... llámala.
Las dejé hablando un rato y mi querida vecina lo consiguió, iría al cumpleaños de los gemelos.
Ahora los días se me hacía más interminables. La recuperación de mi hermano era obvia pero eso no me dejaba conforme. Quería que llegase el día, quería volver a Alemania, aunque lo haría sola, y ver nuevamente a Tom.
-Ya faltan pocos días amor- repetía Simone a menudo- Tom quedará feliz con la sorpresa.
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ES SUPER ABURRIDO EL CAPÍTULO pero había que hacerlo para rellenar el espacio-tiempo de la historia... ustedes comprenderán, queridas, que no todo es acción acción jaja
Ahora... prometo subir antes del martes el siguiente, ahora la historia se pondrá sabrosa jeje
Estoy super aburrida D: no he hecho nada productivo en el día, ¡Dios!
Gracias por seguir leyendo esta historia que, aunque aún faltan más de 10 capítulos, tendrá un pronto fin C:
Las Adoro <3
genial el capitulo...
ResponderEliminarmenos mal q no hubo malso entendidos...!!
que ya llegara a su fin..?? xqqqqqqqqqqqqqq
escribiras otra...??
sube prontooo ya kiero leer que pasaar...?? :) subeeeeeeee